Esto decía Carlos María de Alvear a Lord Strangford, diplomático inglés en el Río de la Plata, en 1815.
Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, y recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Estas (Provincias) se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés… Es necesario que se aprovechen los momento. Que vengan tropas que impongan a los genios díscolos, y un jefe autorizado que empiece a dar al país las formas que sean del beneplácito del Rey.
En base a este y otros servicios prestados a Su Majestad, la memoria del autor de estas lineas fue pagada con uno de los monumentos ecuestres mas hermosos de sudamérica.
A modo de remate, y para demostrar que era consecuente en su peculiar visión de patriotismo, cuando es echado del Directorio se dirige a un funcionario español sin vacilar en escribirle que anteriormente había asumido su cargo en el gobierno directorial para:
aventurarse a un paso decisivo que pusiese término a esta maldita revolución…(….) pero había quienes no querían que el país volviese a su antigua tranquilidad…(….) porque mi decidido conato ha sido volver a estos paises a la dominación de un soberano que solamente puede hacerlos felices. Por eso yo con mi familia, así como otros compañeros en desgracia, no trepidamos en presentarnos voluntariamente a V.S. y permanecemos bajo su protección…..Espero que considerándome como un vasallo que sinceramente reclama la gracia de su Soberano y está dispuesto a merecerla, se sirva recomendarme a Su Majestad ante quien me presentaré, luego que halle seguro transporte para mi persona y mi familia.
De revolucionario a agente inglés, y de una voltereta devenido en fervoroso monarquista. Una joyita el hombre.
Mejor informarse antes de emitir juicios tan terminantes
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